Escultura del Padre Jardón afuera de la Catedral en Monterrey, N. L.
"El padre Jardón era sacerdote hasta la médula de los huesos. Fué un hombre de intensa oración, de recia fe; un hombre en constante lucha contra el pecado; hombre pastoral apasionado por la predicación, el confesionario, la catequesis y la visita a los enfermos. Un hombre sin ambiciones que quiso ser sacerdote para salvar almas, hombre evangélico que se inclinó por los pobres.
Todos los días practicó la caridad derramando bienes sobre todos los necesitados. Ejemplo de su generosidad y amor al prójimo son todos y cada uno de los actos de su vida. Para él, lo más natural era desprenderse de lo que tenía para aliviar necesidades ajenas. Cuanto caía en sus manos lo daba más adelante."
El hoy Venerable padre Raymundo Jardón fue por 21 años, párroco de la Catedral de Monterrey, desde el día que se ordenó en 1913 hasta su prematura muerte en 1934 con 46 años de edad. La declaración de “Venerable” es el segundo de los cuatro pasos hasta llegar a la canonización, por lo que, el padre Jardón ya está más cerca de los altares.
El siguiente paso sería la declaración del Padre Jardón como Beato, para lo que se necesitará un milagro atribuido al ahora Venerable. El Arzobispo de Monterrey, Monseñor Rogelio Cabrera López, entregará simbólicamente el documento que de manera oficial el Papa Francisco concedió el título de Venerable al padre Raymundo Jardón Herrera, durante una misa de acción de gracias, que se oficiará en la Catedral Metropolitana de Monterrey, donde además, descansan sus restos. El día y hora están por confirmarse.
"El padre Jardón era sacerdote hasta la médula de los huesos. Fué un hombre de intensa oración, de recia fe; un hombre en constante lucha contra el pecado; hombre pastoral apasionado por la predicación, el confesionario, la catequesis y la visita a los enfermos. Un hombre sin ambiciones que quiso ser sacerdote para salvar almas, hombre evangélico que se inclinó por los pobres. Todos los días practicó la caridad derramando bienes sobre todos los necesitados. Ejemplo de su generosidad y amor al prójimo son todos y cada uno de los actos de su vida. Para él, lo más natural era desprenderse de lo que tenía para aliviar necesidades ajenas. Cuanto caía en sus manos lo daba más adelante."